Cuando era pequeño, Dani Blázquez siempre estaba dibujando. Garabateando en alguna hoja de papel hasta que ya no quedaba ni un hueco libre. Vaya, como hacen todos los niños. Nada nuevo.
Pasada esta etapa, eso sí, fue perdiendo el hábito (como le pasa a prácticamente todo el mundo), hasta que hubo un momento en el que incluso llegó a colgar los lápices por completo durante muchísimo tiempo. Sin embargo, años después decidió recuperar las buenas costumbres y retomar el dibujo, hasta convertirlo en su profesión.
Tras su paso por la Escuela de Arte de Oviedo, fue en torno a 2013 cuando surgieron los primeros encargos profesionales. Desde entonces ha participado en diferentes proyectos para empresas nacionales e internacionales, en países como Alemania, Australia, Canadá o Estados Unidos.
Además de los encargos más comerciales, ha participado en exposiciones colectivas en galerías como “Outré Gallery” (Melbourne), “Gallery 1988” (Los Angeles) o “Bottleneck Gallery” (Brooklyn), entre otras.
Sus referencias a la hora de trabajar son diversas; la estética y la gráfica de las décadas de los 80 y los 90, diferentes iconos de la cultura popular, especialmente del mundo del cine, la era vintage, el mundo animal… En definitiva, cualquier cosa que le llame la atención y que pueda ‘traducir’ a su estilo gráfico.